Gestionar un rocódromo ya no es lo que era. Lejos quedan aquellos pequeños y entrañables plafones de barrio, donde los más motivados se reunían todas las tardes para apretar como si no hubiera mañana. Las presas del plafón ni se cambiaban ni se limpiaban, viejos colchones protegían las caídas, el campus lo había hecho un colega carpintero y las cervezas las sacabas de una nevera de segunda mano que había en una esquina del plafón.

Quien siga teniendo esta visión de qué es un rocódromo hoy en día vive en el pasado, o simplemente hace tiempo que no pisa uno, o no sigue en Instagram a los miles de perfiles sobre instalaciones de escalada (o route setting).

El sector ha cambiado, y lo ha hecho para bien. Ahora, quien gestiona un rocódromo es un auténtico empresario. Quizás también es escalador o escaladora, pero primero empresario. Hay que tener en cuenta que un buen rocódromo ya no se trata solo de contar con un muro y unas presas (de calidad, por favor), sino de tener un buen espacio de bar/restaurante, tienda de material, un servicio de recepción de calidad, un equipo de route setting estable,… ¿Seguimos?

Estas circunstancias nos llevan a establecer una lista de cinco pilares que consideramos indispensables para la correcta gestión de un rocódromo. Son los siguientes:

Administración del negocio

Será necesario crear una estructura que permita al director o gerente monitorizar todos los activos del negocio. Este aspecto será importante no solo para conocer evaluar el correcto funcionamiento de la actividad, sino también para controlar los ingresos y gastos.

Dentro de esta estructura entraría, por ejemplo, la contratación de servicios de asesoría laboral y fiscal, personal administrativo o contar con un software informático de gestión.

Conocimientos de gestión deportiva

El nuevo usuario de rocódromo sale de trabajar e igual que iría a una piscina o a un gimnasio, ahora va a hacer boulder o escalada deportiva. Evidentemente, habrá que cuidar hasta el más mínimo detalle las instalaciones enfocadas específicamente a la escalada, pero sin olvidar contar con un buen servicio de gimnasio u otras actividades paralelas que puedan complementar a la escalada (yoga, estiramientos, Pilates, Feldenkrais…).

En este apartado también entraría la organización de cursos y la coordinación del equipo de route setters y monitores.

Instalaciones

En este apartado sería interesante prever y estructurar nuestras instalaciones para que estas tengan la mejor funcionalidad posible. Por un lado, se deberán crear circuitos que hagan que todos nuestros clientes puedan disfrutar de la escalada independientemente del nivel que tengan y para ello deberemos saber elegir qué tipo de material, presas y volúmenes serán los idóneos para nuestra sala y en cada dificultad, así como tener una buena estructuración a nivel global que haga de nuestras instalaciones un lugar más atractivo.

Además, aquí ya no solo hablamos del mantenimiento de los muros de escalada de la instalación, sino también de la electricidad, agua, ventilación y sistemas para minimizar el efecto del magnesio en el ambiente, servicio de bar o restaurante independiente, extractores de humo en caso de contar con cocina y un largo etc.

Todos esto implica cumplir la legislación vigente, pasar las inspecciones que correspondan, pagar religiosamente las contribuciones y facturas, y como no, un mantenimiento exhaustivo. Si no estamos capacitados para hacerlo, deberemos contratar a los profesionales que puedan hacerlo.

Comunicación y relaciones públicas

La comunicación y el marketing son esenciales para abrir el mercado y enseñar qué hacemos. La competencia cada vez es más alta y quien no invierta en este campo lo acabará notando en su cuenta de resultados.

Es importante contar con una persona en la sala o rocódromo que cumpla las funciones de relaciones públicas. Quizás no a jornada completa pero sí en los momentos de máxima afluencia y en eventos puntuales.

No hay que descuidar la imagen. Será esencial trabajar el branding, construyendo nuestra propia personalidad. En este sentido habrá que contar con un especialista en diseño gráfico, trabajos puntuales de fotógrafos y productores audiovisuales para generar contenidos propios, y finalmente, y no menos importante, tener un “community manager”.

Las redes sociales son hoy en día el principal altavoz para los negocios y marcas. Hay que construir una estrategia, comunicar adecuadamente en cada red social, ser constante, generar “engagement” entre nuestros seguidores, mantener contacto con los medios de comunicación y personas influyente entre la comunidad escaladora, etc.

En definitiva, el equipo de comunicación y marketing debe ser una parte más del personal del rocódromo.

Gestión de riesgos y crisis

Este pilar se solía reducir a los accidentes y lesiones sufridas en el rocódromo. Pero hay que ir más allá. Este pilar está directamente relacionado con los cuatro anteriores y que el número de accidentes e incidentes sea mínimo (o cero) depende del correcto funcionamiento de todo lo que hemos explicado.

Deberemos contar con un buen plan de riesgos laborales, tanto para los trabajadores como para los usuarios, evaluar la peligrosidad de las líneas escalables antes de dejarlas definitivamente en el plafón, así como con unos protocolos de actuación en casos de crisis. Para no fallar en este pilar, una vez más podemos contar con los servicios de profesionales del sector.